Son muchas las personas que deciden comenzar a meditar en casa para pararse, dedicar tiempo a sí mismos. Y es que la meditación y el yoga pueden producir cambios increíbles en nosotros, esta milenaria práctica garantiza el equilibrio entre el cuerpo y la mente. Con el estado de cuarentena que vivimos tenemos tiempo, más que de sobra, para plantearnos y probar rutinas nuevas, Y esta, puede ser una que, además de gustarnos, nos puede ayudar física y mentalmente.
El yoga se ha hecho tan famoso en Occidente por su gran número de beneficios, como reducir el estrés al influir sobre los niveles de cortisol del organismo; mejorar la flexibilidad y aumentar la fuerza, la coordinación, el tono muscular y el equilibrio gracias a las posturas; favorecer la recuperación, al tratarse de una forma de descanso activo; y mejorar la concentración (especialmente cuando se trabaja fijar la mirada)
Para introducirnos en este mundo zen tenemos que prepararnos ¿cómo?
Proponemos a continuación una serie de posturas de yoga (llamadas asanas) para que vayáis tomando contacto con esta disciplina. Pero antes de nada es fundamental calentar con rotaciones lentas de cuello, articulaciones y espalda. Así vamos preparando el cuerpo y evitamos posibles lesiones.
Cobra
Boca abajo, con los brazos flexionados y las manos a la altura de los hombros (como si fuésemos a hacer flexiones). Las piernas deben estar juntas, estiradas y sujetas sobre los dedos de los pies. Para hacer bien la postura de la cobra, bajad los hombros y subid el tronco y la barbilla; intentad mantener esta postura 30 segundos, descansad y volved a subir otros 30 segundos.
El perro boca abajo
Estando de pie debemos inclinarnos hacia delante, colocando las palmas de las manos en el suelo; de forma que creemos un triángulo con las piernas y los brazos. La cabeza debe mirar hacia abajo entre vuestros brazos brazos. Mantener esta postura durante 20 segundos ayuda a la concentración y la circulación. Si somos capaces, podemos aumentar la dificultad al perro de tres patas: en la misma postura del perro boca abajo, subimos una pierna todo lo posible y lo más recta posible, y mantenemos esa postura unos segundos. Al bajarla descansamos en el perro boca abajo y repetimos con la otra pierna.
Loto
Empezamos sentados y con las piernas estiradas. Después, deberemos girar el pie derecho y ponerlo sobre la pierna izquierda, para hacer lo mismo con el otro pie. Se trata de la asana más conocida en el mundo, ya que es la que Buda representa.
Esta postura es la que aprovecharemos para acabar nuestra sesión meditando: resulta complicado dejar de pensar en el día que hemos tenido y un sin fin de preocupaciones que nos agotan mentalmente. Por ello hay que dedicar unos minutos a dejar la mente en blanco o centrarla en algo objetivo (una cascada, una playa, una montaña… lo que sea que nos mantenga relajados)
En todo momento la clave del yoga es la respiración. Parece algo fácil pero mucha gente se ha olvidado como respirar bien: se respira por la nariz, inhalación y exhalación. Entre otros beneficios, respirar de forma correcta ayuda a oxigenar el cerebro, a combatir el insomnio y a equilibrar los sistemas parasimpático y simpático.
El yoga y la meditación requieren una práctica constante para ir mejorando la flexibilidad, la fuerza y la técnica, por ello no desesperéis si una postura cuesta más de lo esperado. Esta disciplina aporta de forma paulatina beneficios que se notan día a día, pero para alcanzarlo la paciencia es.