Meditación y Yoga en casa

Estos días de confinamiento pueden poner a prueba nuestro estado físico, y también nuestros nervios. Por eso os proponemos una serie de ejercicios de yoga y meditación fáciles, para poder hacer en casa.

Son muchas las personas que deciden comenzar a meditar en casa para pararse, dedicar tiempo a sí mismos. Y es que la meditación y el yoga pueden producir cambios increíbles en nosotros, esta milenaria práctica garantiza el equilibrio entre el cuerpo y la mente. Con el estado de cuarentena que vivimos tenemos tiempo, más que de sobra, para plantearnos y probar rutinas nuevas, Y esta, puede ser una que, además de gustarnos, nos puede ayudar física y mentalmente.

El yoga se ha hecho tan famoso en Occidente por su gran número de beneficios, como reducir el estrés al influir sobre los niveles de cortisol del organismo; mejorar la flexibilidad y aumentar la fuerza, la coordinación, el tono muscular y el equilibrio gracias a las posturas; favorecer la recuperación, al tratarse de una forma de descanso activo; y mejorar la concentración (especialmente cuando se trabaja fijar la mirada)

Para introducirnos en este mundo zen tenemos que prepararnos ¿cómo?

  1. Dedicando un hueco en nuestro hogar para ello:  un espacio tranquilo y amplio donde poder llevar a cabo los ejercicios con libertad y comodidad. De hecho, destinar un espacio para hacer yoga puede ayudar a ser regular en su práctica.
  2. Usar los accesorios adecuados: en especial una esterilla, las hay incluso orgánicas, que ayudan a conservar el medio ambiente. Dentro de esos accesorios uno primordial es el de poner el silencio en el móvil, es momento para desconectar y centrarnos en nosotros mismos.
  3. Elegir el tipo de yoga a realizar, existen más de 20 tipos. Salir ahora a buscar libros que nos los expliquen es complicado (aunque hay distribuidores que tienen envíos a domicilio) pero siempre nos quedará San Google, Youtube y muchos profesores y webs dedicadas al yoga y la meditación donde podemos encontrar toda la ayuda y guía que necesitéis.
  4. Buscad las clases online. Un monitor o guía que nos indique como empezar, que posturas hacer y como pasar de unas a otras, hasta que nuestro conocimiento sea lo suficientemente extenso como para que creemos nuestras propias rutinas.
  5. Buscad el momento que mejor encaje con vuestros gustos, vuestro horario y vuestras necesidades. Comenzar el día con yoga es ideal y recomendado por muchos, ya que mantiene altos los niveles de energía durante todo el día y despeja la mente; pero muchos otros disfrutan más realizando yoga por la tarde, pues les ayuda a quitarse las presiones y tensiones de todo el día. Para gustos los colores.

Proponemos a continuación una serie de posturas de yoga (llamadas asanas) para que vayáis tomando contacto con esta disciplina. Pero antes de nada es fundamental calentar con rotaciones lentas de cuello, articulaciones y espalda. Así vamos preparando el cuerpo y evitamos posibles lesiones.

Cobra

Boca abajo, con los brazos flexionados y las manos a la altura de los hombros (como si fuésemos a hacer flexiones). Las piernas deben estar juntas, estiradas y sujetas sobre los dedos de los pies. Para hacer bien la postura de la cobra, bajad los hombros y subid el tronco y la barbilla; intentad mantener esta postura 30 segundos, descansad y volved a subir otros 30 segundos.

 

El perro boca abajo

Estando de pie debemos inclinarnos hacia delante, colocando las palmas de las manos en el suelo; de forma que creemos un triángulo con las piernas y los brazos. La cabeza debe mirar hacia abajo entre vuestros brazos brazos. Mantener esta postura durante 20 segundos ayuda a la concentración y la circulación. Si somos capaces, podemos aumentar la dificultad al perro de tres patas: en la misma postura del perro boca abajo, subimos una pierna todo lo posible y lo más recta posible, y mantenemos esa postura unos segundos. Al bajarla descansamos en el perro boca abajo y repetimos con la otra pierna.

 

Loto

Empezamos sentados y con las piernas estiradas. Después, deberemos girar el pie derecho y ponerlo sobre la pierna izquierda, para hacer lo mismo con el otro pie. Se trata de la asana más conocida en el mundo, ya que es la que Buda representa.

Esta postura es la que aprovecharemos para acabar nuestra sesión meditando: resulta complicado dejar de pensar en el día que hemos tenido y un sin fin de preocupaciones que nos agotan mentalmente. Por ello hay que dedicar unos minutos a dejar la mente en blanco o centrarla en algo objetivo (una cascada, una playa, una montaña… lo que sea que nos mantenga relajados)

En todo momento la clave del yoga es la respiración. Parece algo fácil pero mucha gente se ha olvidado como respirar bien: se respira por la nariz, inhalación y exhalación. Entre otros beneficios, respirar de forma correcta ayuda a oxigenar el cerebro, a combatir el insomnio y a equilibrar los sistemas parasimpático y simpático.

El yoga y la meditación requieren una práctica constante para ir mejorando la flexibilidad, la fuerza y la técnica, por ello no desesperéis si una postura cuesta más de lo esperado. Esta disciplina aporta de forma paulatina beneficios que se notan día a día, pero para alcanzarlo la paciencia es.

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