Productores locales

¿Qué le espera a los productores locales?

La esperanza que tienen los miles de pequeños productores locales es la de sobrevivir a esta pandemia. No la sanitaria, sino la económica; causada por el impacto que proyecta el Coronavirus en sus ventas.

Tanto un aceitunero, como un artesano o un productor de zapatos, todos coinciden en una cosa: la incertidumbre. La solidaridad de parte de la población les hace pensar que hay esperanza, y anima a buscar nuevas oportunidades. Durante la pandemia se ha demostrado que el productor local es más necesario que nunca y que es capaz de ofrecer género de calidad, a buenos precios y con inmediatez. Añadiendo el valor añadido de la personalización y adaptación al cliente. Pero los productores locales se enfrentan a retos muy serios: como es el descenso de ventas y la falta de mano de obra.

Los sectores que más se han visto afectados han el turístico: agencias de viaje, hoteles, etc. Pero también otros más dependientes de la cadena internacional de suministros como la industria del calzado y textil, la alta tecnología y los artículos del hogar.

Según un análisis elaborado por Nielsen centrado en la COVID-19 y sus consecuencias económicas, la producción local puede brillar en el futuro inmediato por sus particularidades. Plantea, y los productores de proximidad anhelan, que el virus impacte en la percepción del consumidor y muestre una fuerte preferencia por los productos frescos y locales, frente a aquellos importados.

En los tiempos venideros el consumidor busca tranquilidad, medidas que garanticen su seguridad; por ello la transparencia en el origen y tratado de los productos son clave. La cercanía y pureza de los productores locales se convierten así en una ventaja competitiva y un valor incalculable.

Ante ello todos se plantean la misma meta: la digitalización en la venta y la distribución. Ya sea incentivándola o creándola, para los que aun no la tuviesen. El e-commerce, Click&Collect y el delivery vivirán un nuevo boom, creciendo por encima de lo que ya estaban experimentando.

Hay varios aspectos que se destacan en las reflexiones que vemos en países como China, Italia, Reino Unido, EE UU y España, y que estos productores locales tienen que tener en cuenta:

que los hábitos de consumo ligados al confinamiento pueden consolidarse cuando éste termine (comportamientos como el regreso a la comida casera). La ola de solidaridad puede hacer más sólidas las raíces del compromiso social de la industria. Al menos al principio, se espera un consumo enfocado al ahorro (se volverá a comer fuera, a darse caprichos… pero tardará) Y, como comentábamos, el fenómeno inmediato de la puesta en valor del producto de proximidad, una especie de regreso a lo local, que los productores locales deberán aprovechar.

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